LEY DE GOODHART
La ley de Goodhart enuncia, aunque puede expresarse con diversas formulaciones, que cuando un indicador socioeconómico u otra medida sustituta se convierte en el objetivo de políticas socioeconómicas, pierde el contenido informativo que podía cualificarla para jugar ese papel. Su promotor, Charles Goodhart, que fuera asesor del Banco de Inglaterra y profesor emérito de la London School of Economics, dio nombre a la ley.
Goodhart enunció en un artículo la ley por primera vez en
1975, ganando popularidad con el intento por parte del gobierno del Reino Unido
de Margaret Thatcher de dirigir la política
monetaria en base a los objetivos de la masa monetaria en sentido
amplio y estrecho, aunque tal idea fuese mucho más antigua. Ideas muy similares
se conocen con otros nombres, e.g., la ley de
Campbell (1976) y la crítica de Lucas (1976). La ley está implícita
en la idea económica
de las expectativas racionales. A pesar de que se
originó en el contexto de las respuestas del mercado, la ley tiene
implicaciones profundas para la selección de los objetivos de alto nivel en las
organizaciones.[1]
Se ha enunciado que la estabilidad de la recuperación
económica que tuvo lugar en el Reino Unido bajo el gobierno de John Major
a finales de 1992 y en adelante fue el resultado de la ley de Goodhart
inversa: si la credibilidad económica de un gobierno está suficientemente
dañada, entonces sus objetivos se ven como irrelevantes y los indicadores
económicos recuperan su fiabilidad como guía para las políticas económicas.
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